¿Sabías que cada día perdemos alrededor de dos litros y medio de líquido? ¿Y que tomar agua no solo nos ayuda a hidratarnos, sino también a prevenir el sobrepeso y los dolores de cabeza, entre otros beneficios? En verano, beber más agua se vuelve fundamental debido a que el riesgo de sufrir una deshidratación es mayor, sobre todo en ancianos y en niños pequeños.
El problema es que a la mayoría de las personas les cuesta mucho tomar la cantidad necesaria de líquido y la duda que siempre surge es la siguiente: “¿cuánto debería incorporar?”. Según la actividad, la edad y la situación de cada persona –además de las condiciones climáticas-, esa cifra varía. Para resolver esta consulta frecuente y obtener algunos consejos para aumentar el consumo de agua, entrevistamos a la médica nutricionista Nora Torello (M.N. 98.703).
¿Cuánto agua deberíamos beber por día?
Adolescentes y adultos (14 a 65 años).
Cuando la temperatura y la actividad física son moderadas, deben tomar entre 2 y 2,5 litros (unos ocho vasos diarios). La cantidad indicada para los adolescentes menores de 13 años es de entre 1,6 y 1,8 litros.
Niños pequeños (hasta 6 años) y adultos mayores (65 años en adelante).
A edades avanzadas disminuye la sensación de sed, por lo cual es necesario hacer especial hincapié en la ingesta hídrica. Lo mismo vale para los infantes que, con un sistema nervioso inmaduro, pueden no darse cuenta de que sienten sed.
Mujeres embarazadas
Es recomendable que beban 300 ml de agua más por día que cualquier adulto.
Mujeres lactantes
Lo aconsejable es que tomen 700 ml de agua más por día que cualquier adulto.
Cuando la temperatura ambiente sube, la ingesta de agua también debe subir.
5 consejos para aumentar el consumo de agua
(1) Acostumbrate a beber un vaso de agua al levantarte y otro antes de acostarte.
De esta manera, incorporarás a tu organismo casi medio litro.
(2) No esperes a tener sed.
La sed es el sistema que tiene nuestro cuerpo para avisarnos que ya comenzó el proceso de deshidratación.
(3) Procurá tener siempre una botella de agua a mano.
Llevala en la mochila o en la cartera y tenela al alcance en el trabajo y en casa.
(4) Bebé antes, durante y después de realizar actividad física.
Para que nuestro cuerpo cuente con reservas de agua, lo mejor es ingerir entre 500 y 600 ml de agua una hora antes del ejercicio. Durante la actividad debemos reponer, de a pequeños sorbos, el líquido y los electrolitos que desaparecieron a través del sudor. Y después, también es imprescindible ingerir para compensar las pérdidas.
(5) Hidratate antes de salir a la calle.
Adoptá el hábito de tomar agua cada vez que te vayas de tu casa, de tu trabajo o de cualquier establecimiento.
Estas recomendaciones son generales y no consideran la existencia de patologías o condiciones de salud particulares. En estos casos, siempre es necesaria la consulta con el médico tratante.